P. Alfredo Sáenz: "Nada es más pernicioso para un intelectual católico que el deseo de quedar bien con el mundo"
El P. Alfredo Sáenz, sj, recibió la semana pasada el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Católica de La Plata. El Consejo superior de la institución aseguró que el religioso es una relevante personalidad de la cultura católica, cuya obra intelectual y pastoral hacen plenamente merecida la concesión del doctorado, que aprobó Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata. El sacerdote jesuita pronunció una conferencia sobre "La misión del intelectual católico hoy".
29/10/12 (Luis F. Pérez/InfoCatólica).- El P. Alfredo Sáenz, S. J. (Buenos Aires, 1932), ingresó a los 17 años en la Compañía de Jesús, y obtuvo la licenciatura en Filosofía en el Colegio Máximo de San Miguel (Buenos Aires), y en la Universidad Pontificia de San Anselmo (Roma) recibió el doctorado en Teología, con especialización en Sagrada Escritura.
Son muy numerosos los libros y artículos que ha publicado. También se ha dedicado intensamente a la predicación de retiros y ejercicios espirituales. Actualmente es profesor de Dogma y de Patrística en la Facultad de Teología de San Miguel, en Buenos Aires.
Al recibir en la UCALP el doctorado honoris causa, el padre Alfredo Sáenz, pronunció una conferencia con el título La misión del intelectual católico hoy (que puede leer aquí: http://es.scribd.com/doc/111263910/P-Alfredo-Saenz-La-Mision-del-Intelectual-Catolico-Hoy). En ella aseguró que: "el intelectual católico deberá conocer lo mejor posible las distintas corrientes filosóficas que, partiendo de Descartes, han culminado en el marxismo y el Nuevo Orden Mundial globalista. Pero deberá conocer mucho mejor aún la filosofía perenne, que encuentra una magnífica concreción en el pensamiento de S. Tomás. Tal será su punto de referencia, que le permitirá pronunciar un juicio sobre toda filosofía que se aparte del recto camino hacia el ser".
"El filósofo cristiano", afirmó el nuevo doctor honoris causa, "no puede ser un mero espectador del devenir filosófico, ni un coqueteador de las filosofías en boga" y añadió que "su oficio no consistirá sólo en conocer diversas filosofías sino juzgarlas".